lunes, 8 de diciembre de 2014

Sobre especialidades médicas


El tema de los prolongados tiempos de espera que los asegurados de la Caja del Seguro Social debemos soportar, para una cita con especialista, continúa siendo una situación compleja sin visos de solución.

Ni en anteriores administraciones ni en la presente, hemos visto la disposición de buscarle una solución permanente a este crónico y penoso dilema de salud pública.

Tampoco, de parte de los cotizantes al sistema, se aprecia un interés por generar presión para una atención médica oportuna.

Pareciera que el conformismo hacia un modelo de atención deficiente, en franco deterioro, y poco resolutivo, se ha vuelto parte del paisaje cotidiano para los costarricenses, y ya no nos preocupa que nos programen citas a uno, dos o tres años. Hemos asimilado con estoicismo, tolerancia, y paciencia ilimitada, la falla inevitable de un sistema de salud en franco deterioro.

El Movimiento Libertario planteó, en campaña, alternativas diversas para paliar la situación. No puedo referirme en este corto lapso a detallarlas, pero sí quiero comentar e insistir esta tarde en una de ellas.

EL aspecto medular en el déficit de especialistas en áreas críticas como dermatología, ortopedia, neurocirugía, cirugía vascular, oftalmología, entre otras, se sustenta en el modelo de estudios de post grado existente, que mediante un convenio entre la Caja y la Universidad de Costa Rica, solo permite a ese centro educativo  la formación y supervisión de los nuevos especialistas en las instalaciones hospitalarias de la seguridad social.

La idea que apoyamos es que también las universidades privadas acreditadas por el Sistema Nacional de Acreditación de Educación Superior, (Sinaes), puedan participar, en conjunto con la UCR.

Varias universidades no estatales, que imparten la carrera de medicina con acreditación de calidad, han intentado en vano, desde el año 2007, iniciar programas de formación de especialistas con campos clínicos en los hospitales de la Caja.

La mayoría de los que se están formando en este momento en la Caja, son graduados de las universidades privadas. De los especialistas graduados en 2013, 81 habían obtenido su título de médico en universidades privadas y 64 de la UCR.

Según datos institucionales se estima que 1.011 especialistas se van a jubilar en los próximos cinco años. En este sentido, un incremento en el déficit de profesionales generaría un aumento de las listas de espera.

Sabemos que desde hace tres años existe una acción de inconstitucionalidad presentada por un supuesto trato diferenciado, no obstante, hasta la fecha no se ha dado una resolución.

En caso de que la Sala Constitucional diera la razón a los recurrentes, cualquiera de las universidades del país que ofrecen medicina, y por ende, el país, se beneficiarían del visto bueno de los magistrados.

Esta diputada considera que no es necesario esperar un fallo del alto tribunal, para implementar una medida que solo beneficios traería a nuestro sistema de salud, pues es evidente la necesidad de nuevos especialistas en áreas críticas para mejorar la oportunidad de la atención.

Desde esta curul, hago un llamado a la Junta Directiva de la Caja, para que vuelva a someter a discusión el tema, y se autorice con prontitud la apertura en nuevas especialidades médicas que son deficitarias en la actualidad, para ser llenadas por medio de las universidades no estatales acreditadas.

Si existe un deseo real de actuar en la reducción de las listas de espera por parte de la Institución, el tema que he tratado de poner a discusión de nuevo, es una medida sencilla y de implementación inmediata.

Las altas autoridades de la Caja tienen la palabra.


 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario