El próximo jueves 28 en el Teatro
Melico Salazar, me gustaría escuchar, de parte del Sr. Presidente, posiciones y directrices de política
gubernamental en 3 temas de gran actualidad, que requieren acciones concretas
en el corto y mediano plazo.
El estado actual de los 3 principales
regímenes de pensiones del país, no parece encontrarse en situación de solvencia
financiera, o al menos, de sobrevivencia sin eventuales sorpresas, según las
últimas declaraciones emanadas de la Superintendencia de Pensiones- SUPEN.
Invalidez, Vejez y Muerte, el Seguro
de Pensiones de la Caja, requiere medidas talvez no populares, pero que una
administración sana y consecuente no debe posponer por más tiempo. Está claro
que un aumento en el porcentaje de cotización y el aumento de la edad de retiro
son medidas necesarias para preservar su sostenibilidad. Sin embargo, no
observo en el Poder Ejecutivo, ni en el seno de la Junta Directiva de la
Institución, un derrotero claro en ningún sentido. Son temas tabú que, ni el
gobierno actual, ni los antecesores han querido abordar con la seriedad y
responsabilidad que el caso requiere. El mismo Seguro de Salud, está
presentando serios problemas en el modelo de atención tradicional, sin que observemos
soluciones urgentes inmediatas por parte de la Alta Jerarquía de la
institución. La red de servicios no existe y los centros de salud son islotes
descoordinados según declaraciones de la Presidenta Ejecutiva el día de hoy en
la prensa.
De igual manera, quisiera escuchar acciones
del Gobierno de la República relacionadas con el régimen de pensiones del Poder
Judicial. Se presentan proyectos de ley para normarlas, pero ninguno proviene
del Ejecutivo. Emanan soluciones de diversas fracciones legislativas, y otras
ideas, del seno mismo del Poder Judicial, pero no tienen la fuerza suficiente
para ser impulsados con viabilidad de ley, en la corriente legislativa. Igual
fortuna está corriendo la reforma a las pensiones del Magisterio Nacional,
donde es público y notorio los altos montos mensuales de muchas de ellas, que
llegan en ocasiones a los 5 o 6 millones mensuales.
Espero al menos, de la Presidencia de
la República, algunos anuncios en relación con esta escabrosa temática el
próximo jueves por la noche.
El segundo tema del que quisiera
escuchar algunas directrices es sobre la reducción del precio de la
electricidad y de los combustibles. Hay una parsimonia preocupante alrededor
del mismo. Se ofreció crear en 6 meses una Comisión para realizar propuestas concretas.
En el mes de setiembre cumpliremos casi los 6 meses, y no se aprecian
movimientos que nos alerten en ese sentido.
Por el contrario, el encarecimiento
de la energía eléctrica parece ser la tónica imperante para el futuro
inmediato, tanto por parte del ICE como de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz.
Los costos operativos de las empresas crecen, y en fecha reciente nos anuncian
que la YAMBER cerrará funciones en el país, para trasladar su actividad a
Nicaragua, dejando a casi 150 personas desempleada, situación que hoy desmiente
la empresa en un campo pagado en La Nación.
Un último tema, y no menos
importante, se relaciona con los cuestionamientos éticos y financieros del
manejo de la campaña del Presidente Solís. Gastos inflados y sobrefacturaciones
de contratos de las famosas “rutas de la alegría”, pagos excesivos a la empresa
“Jaulares”, pagos excesivos al abogado del PAC de millones de colones por
autenticaciones innecesarias, consultorías por más de 100 millones de colones
con fondos públicos a un asesor en comunicación política; sucedieron a vista y
paciencia, o con el visto bueno del Comando de Campaña del entonces candidato
Solís. No hemos escuchado por parte del Presidente, ni asumir responsabilidades
en estos temas, ni emitir declaraciones contundentes condenando tales
transgresiones éticas o financieras, suscitadas en el Partido que lo elevó a la
primera magistratura.
Pareciera que el silencio
presidencial ante tales hechos, o los intentos por no vincularse a ellos ni
salpicarse, guarda relación con el viejo adagio de la historia nacional de la
primera mitad del siglo 20, donde algún dirigente de viejo cuño se dejó decir
que “en política lo único inmoral era
perder”.
Tengo expectativas positivas que mañana en la noche podremos escuchar al menos, algunas
pinceladas serias de abordaje responsable, durante el acto del informe
presidencial de los 120 días, en relación con las preocupaciones que he podido
esbozar en estos escasos 5 minutos de control político..
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