Ayer este parlamento presenció una de las discusiones más importantes que podría tener un país por parte de sus representantes políticos: se expusieron aquí las visiones de desarrollo para Costa Rica, de cómo vemos el presente inmediato y el futuro. A pesar de las diferencias, todos coincidimos en que debemos tomar decisiones que le permitan a Costa Rica construir verdaderas oportunidades para todos.
Estamos
frente a una gran oportunidad: debemos apoyar, sin demora, la incorporación, de
nuestro país a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE)
o no. Esta organización, está integrada por los 34 países con mayores índices
de desarrollo que buscan la excelencia en las políticas públicas.
Yo creo
firmemente que nuestro país tiene la oportunidad de participar y aprender de
los países que han demostrado que han podido producir mayor riqueza en
beneficio de sus ciudadanos. Creo en las bondades que ha traído, para los
costarricenses, la apertura en servicios que antes eran exclusivos del Estado y
que debemos seguir profundizando en esos esfuerzos.
Podemos
y tenemos que compararnos con los países que han hecho bien las cosas, que han
forjado un desarrollo y un crecimiento económico. Las oportunidades que hemos construido
no pueden desaprovecharse; el costo para los individuos en general sería demasiado alto.
El
pasado 23 y 24 de junio participé, junto con el Diputado Michael Arce y en
calidad de miembros de la comisión de Relaciones Internacionales y Comercio
Exterior, en el Foro de la Red Parlamentaria de la OCDE, realizado en el
Distrito Federal de México.
La OCDE
invitó a Costa Rica a participar en esta reunión como parte del trabajo para
acercar al país a la organización y preparar su camino para una invitación a su
adhesión en el 2015. Hoy contamos con la presencia de una misión de alto nivel de la OCDE,
encabezada por su honorable Secretario General Adjunto, William Danvers.
Para esa organización, los legisladores
somos interlocutores clave, catalizadores de la voz de los votantes. Hago mías
las palabras del Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría: “los legisladores tenemos la responsabilidad de convertir en
realidad las expectativas de una vida mejor por parte de los ciudadanos,
colaborando con los gobiernos respectivos en el diseño, negociación, aprobación
y puesta en práctica de nuevas y mejores leyes y de nuevas y mejores políticas
públicas”.
Como parte de este esfuerzo por
mejorar la calidad de vida de las personas, se creó en el 2011 la Red
Parlamentaria Global de la OCDE, como un instrumento para facilitar el diálogo entre
la misma y los parlamentos, y entre los parlamentarios de distintos países en
materia de políticas públicas. Además, permite a la OCDE enriquecer su propio
análisis y recomendaciones con la experiencia y conocimiento sobre la realidad
económica, social y política de los países, y se espera que los parlamentos
podamos enriquecer y fortalecer nuestro trabajo legislativo con el análisis,
los datos y las comparaciones internacionales que realiza la OCDE.
Nuestro
país diseñó un plan de acción para integrarse a este organismo. Ese proceso de
acercamiento permitiría que formáramos parte de una organización reconocida por
ser un foro en el que los gobiernos trabajan conjuntamente para compartir
experiencias y aprender unos de otros.
Ingresar
a la OCDE es estratégico para Costa Rica porque nos brindaría acceso a redes de
interacción y conocimiento que pueden ayudarnos a identificar, diseñar y poner
en práctica mejores políticas en las distintas áreas de gobierno, de forma
ordenada y coherente, buscando una administración más eficiente y transparente.
Los
esfuerzos para establecer vínculos desde el 2010 dieron como resultado un
proceso de incorporación, abordándose asuntos de comercio, inversión, asuntos
fiscales, ambiente, educación, empleo, migración, ciencia y tecnología,
transparencia y lucha contra la corrupción.
Sigamos el ejemplo que nuestra
Selección Nacional de Fútbol nos ha dado en el Mundial, superando el miedo,
enfrentando retos y demostrando que podemos salir airosos. Comprometámonos a
alcanzar las metas más altas. Aprovechemos la gran apertura que los países
miembros han mostrado, para que Costa Rica prepare su ingreso a esta connotada
y prestigiosa Organización internacional.
El certificado de calidad que nos otorgaría sería de invaluable
cuantía para continuar enrumbando el país por la senda del desarrollo
económico, fin supremo a que todo gobernante sensato y amante de su país, debe
aspirar como meta de su gestión cuatrienal.
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