jueves, 18 de septiembre de 2014

Es nuestra responsabilidad ser un contrapeso austero

En materia económica, las señales que se den por parte del Poder Ejecutivo, son fundamentales para tranquilizar a los organismos internacionales y a las reconocidas calificadoras de riesgo.

Y aunque no se dé ninguna señal por parte del mismo, el poder legislativo sí puede enviar algunas, a través de una actitud responsable en el manejo de las finanzas públicas.

Me reconforta saber que somos un nutrido grupo de  legisladores los dispuestos  a apoyar las decisiones que emanen de la Comisión de Asuntos Hacendarios en tal dirección.

Tenemos informes que debemos reducir la proyección del alto déficit fiscal, no solo por iniciativa propia, sino por recomendación del Fondo Monetario Internacional, y para ello se debe alcanzar al menos un 5.7% del Producto Interno Bruto y no el 6.7 de proyección actual del déficit. Con recortes adecuados y sin despilfarro puede lograrse esa reducción del 1% del PIB.

Desde hoy y hasta el 30 de noviembre, el trabajo de Hacendarios debe contar con el respaldo de todos. Nuestra labor requiere ser solidarios con el trabajo de nuestras compañeras y compañeros de dicha Comisión, para que logren detectar minuciosamente hacia donde puede orientarse el necesario ahorro.

El país requiere en este momento una dosis de economía doméstica. Cuando el presupuesto familiar no alcanza para cubrir los gastos, en nuestras familias debemos reducir salidas y paseos innecesarios, recortar los rubros de diversión, compra de ropa nueva, ahorro en el consumo de energía y de combustible, y priorizar gastos en pago de deudas, en alimentación básica y en transporte estrictamente necesario. La receta familiar es la misma para la Hacienda Pública, pero nos cuesta comprender que al no ser dinero nuestro, podemos disponer alegremente del mismo.

Un gobierno central gastón, tendrá entonces como contrapeso un legislativo austero. Esa es nuestra responsabilidad.

Hay ejemplos de pequeños ahorros en diversos ministerios, que sumados en conjunto, nos pueden dar grandes sorpresas de contención del gasto al final.

Pero hay casos como el Ministerio de Planificación (Mideplan), por ejemplo, que aunque reduce su presupuesto total, destina 110 millones de colones para consultorías en “servicios de ciencias económicas y sociales”, de acuerdo con el proyecto de ley de presupuesto para el ejercicio económico del 2015.

Durante el año pasado se invirtieron solo 35 millones en estos procesos, y este gobierno presupuesta más 110 millones en dicho ministerio para el mismo propósito. Se dice que es para evaluaciones de programas, lo cual no es más que un eventual disfraz de contrataciones de consultorías.

El presupuesto de Mideplan asciende a 9.900 millones.  Incluso, se  están invirtiendo 7 millones de colones más en publicidad que en la administración anterior.

El Poder Judicial, deberá también aportar su cuota de sacrificio en la búsqueda de reducir y eliminar partidas. Algunas inversiones en infraestructura deberán posponerse uno o dos años, no solo en ese poder sino también en los entes descentralizados.

Sería de gran beneficio que algunas instituciones descentralizadas como los bancos del estado, y el mismo Instituto de Seguros, auxiliaran al fisco dando un porcentaje de sus ganancias y excedentes a fin de año. No en vano son entes para- estatales, cuyo único fin no puede ser el lucro en sí mismo, sino que como instituciones nuestras, deben ser solidarias con los costarricenses en épocas de vacas flacas como las actuales.

Estoy convencida que, cuando hay que raspar la olla, debe hacerse por todo lado, y no solo pensar que somos los ciudadanos, los únicos que saquemos la dura tarea con más cargas tributarias a nuestras espaldas.

El acto irresponsable del actual gobierno al enviar un presupuesto sin la adecuada planificación, precipitó el anuncio este martes, de la calificadora de riesgo Moody’s, quien rebajó la calificación de bonos del Gobierno de Costa Rica a Ba1 desde Baa3. Con este cambio, el país pierde el grado de inversión obtenido hace cuatro años.

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