jueves, 22 de mayo de 2014

''El principio de proporcionalidad ha sido irrespetado''


Sr. Presidente, compañeras y compañeros diputados:

El día de ayer intenté, por el acta, que el Presidente corrigiera una violación al artículo 67 del Reglamento, al excluir a la fracción del Movimiento Libertario de contar con un miembro en la Comisión de Hacendarios. No comprendo cómo, decidió excluir a la representante de una fracción con 4 diputados.

Quiero reiterarle, ciudadano presidente, que su función temporal de Coordinador de Debates, no le da potestad de sortear con triquiñuelas  2 principios elementales:

El principio de proporcionalidad de las fuerzas políticas y el de la equidad de género, dejando en evidencia su intención de impedir que el Movimiento Libertario tenga representación en Hacendarios. Un tercer principio, también omiso, es la cortesía parlamentaria tradicional, cuando ha mediado la  petición expresa de un jefe de fracción.

Diputados y Diputadas, es potestad del Presidente definir la conformación de las comisiones, pero debe hacerlo respetando el principio de proporcionalidad. No lo digo yo, lo dice el propio Reglamento Legislativo en su artículo 67.  Y si bien debe respetar ese principio de proporcionalidad en todas las Comisiones, debe ser todavía más riguroso en la de Asuntos Hacendarios. Porque el hecho de que esta tenga 11 miembros, en lugar de los 9 que conforman las demás, significa que es la más propensa en  permitir la participación del mayor número de fracciones.

De acuerdo con la Sala Constitucional, “La jurisprudencia ha reconocido ampliamente que la conformación de las comisiones parlamentarias debe respetar el principio democrático y a las minorías parlamentarias, lo cual obliga a integrar las comisiones en la medida de lo razonable de manera proporcional según el número de diputados de los partidos representados en la Asamblea” (sentencias 05969-98 , 04-014253 y la  sentencia. Nº 2012-005596)

De igual manera, la equidad de género ha sido pisoteada en este Congreso. No se ha respetado los espacios para la mujer, al integrarla solamente con 3 mujeres en una comisión de 11 miembros.

Históricamente siempre hemos tenido, al menos, un Diputado en la Comisión de Hacendarios. Estuvo Carlos Herrera en el periodo 2002-2006, Luis Antonio Barrantes en el periodo 2006-2010 y Mireya Zamora y Manuel Hernández en el periodo 2010-2014. En este año, en esta nueva legislatura, las cosas son diferentes. Al diputado Presidente se le ocurrió que no debía haber representación libertaria en ese órgano parlamentario.

Imagino que esto no es más que una estrategia para que no podamos defender el bolsillo de los costarricenses, para que no exista oposición a un eventual paquete de impuestos.

Pareciera, Presidente, que usted pretende allanar el camino para que no exista oposición, disidencia, discusión ni debate de los tributos en Hacendarios.

Más congruencia en su actuar Ciudadano Presidente. Yo creí en sus palabras del 8 de mayo y resulté víctima de sus actos.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Posición del Movimiento Libertario en Temas Agropecuarios

En relación a los temas que componen la Agenda de la Comisión Permanente Ordinaria de Asuntos Agropecuarios quisiera manifestar lo siguiente:

La fracción política del Movimiento Libertario colaborará con acciones que den como resultado la aprobación pronta del proyecto de ley 18093 Ley de Contingencia Eléctrica. Por todos es conocido que este órgano legislativo aprobó ubicarlo en el primer lugar de la agenda hasta su tramitación final. Sin duda, la tarea de atender el tema eléctrico  es de suma importancia en la agenda nacional.  Y es que la energía es un bien fundamental en cualquier sociedad, para garantizar el progreso y la competitividad de los pueblos.

Costa Rica no es la excepción, y su desarrollo debe estar ligado a la sostenibilidad y al uso de los recursos renovables, que son recursos que el país ha demostrado que posee y de los cuales requiere aprovechar el máximo de sus beneficios. Como hemos visto en los últimos años, el costo de la electricidad ha subido vertiginosamente, en buena parte debido al muy alto costo del petróleo, combustible que la generación eléctrica debe usar estrictamente para respaldo del sistema eléctrico.

El precio de sus derivados, tanto el diésel como el búnker, dependen de variables que nuestro país no puede controlar, y que están ligados a acontecimientos como los conflictos sociopolíticos en el Medio Oriente.

El objetivo de Costa Rica es crecer sostenidamente, creando las fuentes de riqueza y empleo necesarias para mejorar el progreso de nuestra sociedad, y la electricidad como motor del desarrollo debe mantener la capacidad de amparar y apuntalar ese crecimiento económico mejorando sostenidamente la eficiencia, calidad y seguridad de suministro, y respetando los principios fundamentales de conservación de los recursos.

Los últimos años han sido difíciles para el sector eléctrico.  Los atrasos en la normativa relacionada con esta materia eléctrica ha sido uno de los factores que provocan aumento en las tarifas. De manera que tengo muy claro que quienes integramos esta Comisión Permanente Ordinaria de Asuntos Agropecuarios estamos llamados a cumplir  con el pueblo de Costa Rica dando nuestro voto afirmativo a las reformas que requiere el país en ámbito eléctrico.

 Ahora bien en relación a las situaciones que afectan de forma importante la competitividad del sector agropecuario  nos encontramos con altas tasas impositivas, una política económica y monetaria inadecuadas, altos aranceles a los insumos de producción, una infraestructura vial y portuaria en pésimo estado, lo cual aumenta costos de transporte y exportación, altos precios e ineficiencia de los servicios de energía por la existencia de un monopolio, una excesiva cantidad de trámites que obliga a los empresarios a invertir más tiempo y recursos de los deseados y atrasa irrazonablemente su actividad y la falta de acceso al crédito por parte de las PYMES.

El ML reconoce que un factor que dificulta la actividad productiva del sector agropecuario es, sin duda alguna, la falta de crédito para iniciar, mejorar, ampliar o transformar el negocio, especialmente cuando se trata de pequeños y medianos productores. Esta situación se torna muy importante por cuanto el 98% de las empresas productivas del país son PYMES[1] y su actividad genera el 50% del empleo en Costa Rica[2]. Casi todas estas PYMES tienen dificultades para acceder al crédito, fundamentalmente asociadas al costo de los servicios financieros, las comisiones elevadas para la tramitación, la excesiva documentación exigida y, especialmente, la consideración de riesgo que muchas veces termina por no permitirles ser sujeto de crédito.

Finalmente, el tema de los subsidios a la producción también tiene que abordarse de forma crítica en este contexto, pues muchas veces se han utilizado estas ayudas de forma clientelista y poco transparente, dirigiendo recursos públicos a productores cercanos a los gobernantes. Mucho se ha argumento que la producción no puede sostenerse sin un decidido apoyo estatal, fundamentalmente asociado a la transferencia de recursos para estimular la producción o para reducir los riesgos del proceso mismo, pero eso no se traduce en menores precios para los consumidores y, más bien, se convierte en una pesada carga que deben pagar junto con los precios de los productos, al tiempo que diluyen la responsabilidad individual, al trasladar los costos de una mala cosecha, de un desastre natural, de la ineficiencia del productor o del cambio en la estructura de preferencias del consumidor.


 




[1] Fuente del dato: Banco Improsa. Revista Empresa PYMES. Banco Improsa invierte en sus socios de negocio. P4. En: http://www.improsa.com/vermas.aspx?cat=187&padre=60&Cod_spot=62
[2] Fuente del dato: El Financiero. 98% de empresas productivas en Costa Rica son PYME. En: http://www.elfinancierocr.com/ef_archivo/2009/junio/14/finanzas1994537.html

martes, 20 de mayo de 2014

Estamos a favor del acceso al agua potable como Derecho Humano


A raíz de la desinformación que se ha generado con las reformas constitucionales en el tema del agua, debo reiterar que el Partido Movimiento Libertario comparte la necesidad de establecer el acceso al recurso hídrico como un derecho de todo individuo residente en nuestro país.

Nuestro partido pretende que la naturaleza jurídica del agua continúe en la Constitución Política, en los mismos términos en los que se encuentra hasta el día de hoy.

Los constituyentes de 1949 establecieron, de dominio público, solo las fuerzas provenientes de las aguas; esto quiere decir que, el legislador dejó a
cargo del Estado, únicamente las fuerzas del agua que le permitieran generar energía.

Bajo esta figura jurídica hemos vivido de manera pacífica, produciendo riqueza y desarrollo, alcanzando, a través de Acueductos y Alcantarillados, de nuestros municipios y de nuestros acueductos rurales, un acceso al agua potable cercano al 96% de nuestros habitantes, siendo este indicador el más alto de América Latina.

Las experiencias que han sido exitosas no deben ser cambiadas. Si en las actuales circunstancias el país ha logrado insertarse de, manera positiva, en la ruta del desarrollo, no veo por qué debamos estatizar el agua, y poner bajo la jurisdicción de un Estado ineficiente, abusivo y regulatorio, la administración de tan preciado recurso.

Estamos de acuerdo que la supervisión y concesión de las fuerzas derivadas de las aguas permanezcan en manos del Estado, pero entregarle al mismo el dominio absoluto, es inconveniente para la producción y el libre emprendimiento de los ciudadanos.

Ya existe sobrada legislación e instituciones que regulan y controlan dicho recurso, y poner al Estado a entrabar aún más los emprendimientos, otorgándole más competencias o potestades, conlleva a la creación de más burocracia , más solicitudes de permisos y concesiones innecesarias que vienen a entorpecer aún más, la tramitomanía nacional.

El Estado nunca ha sido un buen administrador, y eso lo sabemos todas y todos. La agresión que día a día sufre el ciudadano con filas en todas las oficinas gubernamentales, desde la obtención de una licencia de conducir, de un pasaporte, de un permiso municipal o solicitudes gestionadas ante los ministerios y entes descentralizados, son vivos ejemplos de un aparato centralizado gigantesco y poco eficiente.

Como les mencioné, el espíritu de los constituyentes fue acertado cuando introdujo la naturaleza jurídica del agua en la Constitución Política, y estimó que el Estado debía tener control de la fuente de energía que representa las fuerzas de las aguas, pero que sería un recargo absurdo e innecesario obligarlo a custodiar todas las aguas del país.

De ser así, las instituciones del Estado como Acueductos y Alcantarillados, el Ministerio de Ambiente y Energía, y cuanto ente y órgano estatal exista, relacionado con la protección al ambiente, tendrían un recargo en sus competencias para custodiar todas las aguas, incluidas aquellas que no necesitan ser cuidadas.

Estamos convencidos que ese cambio que algunos pretenden, no garantiza el acceso al agua potable, pero sí aumenta la burocracia. Nosotros, como fracción política, deseamos que se mantenga igual, y no pretendemos, bajo ninguna circunstancia, que el agua se privatice como errónea y tendenciosamente se ha indicado por algunos pocos en diversos medios. Estamos a favor de que el acceso al agua potable sea considerado un derecho humano.

Fuimos el primer grupo político en presentar la reforma para que esto fuese así. Este proyecto tiene las firmas de otras fracciones legislativas y se estudia bajo el expediente 17.793.

Creo que esta aclaración ha sido necesaria para fijar con claridad, nuestra verdadera posición en el tema del agua y su manoseo constitucional.

lunes, 19 de mayo de 2014

Análisis del Informe de Labores de la Presidente Chinchilla

5 de mayo del 2014


Sr. Presidente, compañeras y compañeros diputados; amigos que nos brindan su atención:

El 1º de mayo, hemos escuchado un informe consolidado del cuatrienio de la administración Chinchilla Miranda.

La Sra. Presidente realizó un análisis retrospectivo del entorno económico internacional adverso, del 2007 al 2009, y de los embates de los efectos de la naturaleza, producto del cambio climático, que condujeron a lidiar con emergencias y desastres naturales constantes en el país.

También se refirió a la agresión, a nuestra soberanía, por parte del Gobierno de Nicaragua, con su consecuente destrucción de algunos de los humedales fronterizos, hechos todos que según su intención, pueden haber pesado en las serias dificultades cotidianas que acompañaron su gestión de gobierno.

Nos habló de una economía en crecimiento, cercana al 4.5% de una baja inflación sostenida en los últimos 3 años, de un comercio exterior que creció un 40% acumulado, de un aumento del turismo externo de un 26% acumulado, y de un aumento de la inversión extranjera directa de un 70% acumulado, en su cuatrienio.

No comprendo cómo, con estos indicadores aceptables, no ha sido posible reducir, contundentemente, los índices de pobreza y desigualdad, ni el índice de desempleo, que oscila alrededor del 10% de la fuerza laboral activa entre los 15 y 65 años.

Nos dice la señora Presidente que, al finalizar su gestión, deja una economía estable, con franca tendencia hacia la mejora del empleo. Sin embargo, las perspectivas económicas no son halagüeñas. Recientemente, Intel y Bank of America despidieron, en conjunto, a más de 3.000 trabajadores. Pipasa y Grupo Monge, acaban de reducir, en más de 200 puestos, sus planillas. Todo esto tiene un común denominador: los altísimos costos de producción que enfrentan las empresas en nuestro país. Hacer negocios aquí es muy caro, como resultado de una de las tarifas eléctricas más altas de la región, un sistema tributario sumamente complejo y elevado, excesiva tramitología y regulación extrema de todo tipo.

Si bien es cierto se han realizado algunas gestiones de parte del Poder Ejecutivo para reducir la tramitomanía, estas no han sido suficientes. Todavía persisten una gran cantidad de requisitos burocráticos que consumen importantes recursos de los emprendedores,  afectando la inversión. Por mencionar tan solo un ejemplo, la bancada libertaria anterior insistió en la necesidad de implementar una agenda interna para aprovechar las ventajas generadas por los Tratados de Libre Comercio que se han firmado y ratificado, pero los propios Ministros de carteras como Comercio Exterior, Agricultura y Ganadería, Salud, Economía y otros, reconocieron ante la Comisión de Asuntos Internacionales, que su trabajo para mejorar la competitividad y productividad era limitado y que no se podían alcanzar las metas esperadas. Incluso, en su momento, la misma Presidente Chinchilla manifestó, ante los medios, que ya no podía hacer más en cuanto a la mejora regulatoria.

Ni qué decir en cuanto al tema energético, sobre el cual el Poder Ejecutivo careció por completo de liderazgo. Desde el principio de esta Administración, dio tumbos en cuanto a su posición respecto a la necesaria apertura del mercado energético y sobre la ampliación de participación de otros actores en él. En cierto momento, cuando existía la Comisión de Energía en esta Asamblea Legislativa, se tuvo la oportunidad de dictaminar la Ley de Electricidad, pero el Ejecutivo no tuvo la capacidad de coordinar con la fracción oficialista de entonces para aprobarlo, a pesar de tener los votos para hacerlo. Gracias a esa indecisión, seguimos teniendo graves problemas con el costo de la electricidad, el cual se ha convertido, citando textualmente a la mandataria, “en una fuerte carga financiera para nuestra producción y para los hogares del país”.

La situación fiscal del país también se erige como una amenaza muy fuerte a la inversión, al emprendedurismo y al empleo. La incertidumbre que generaría un paquete de impuestos, como el que impulsó esta Administración con el concurso del PAC, afectaría las perspectivas empresariales, provocando que se contraiga la inversión. Más impuestos, sin duda, golpearían a las empresas, en especial, a las micro, pequeñas y medianas, que no podrían enfrentar la elevación de costos que esto implicaría. Al final, el consumidor se vería gravemente perjudicado, ya que disminuiría su poder de compra, al tener que pagar más dinero por los mismos productos, además de observar una reducción de su oferta, resultado de una menor competencia y de costos más altos.

Si ya nuestro país es muy caro para producir, un incremento tributario podría ser la gota que derrame el vaso y motive a muchas de estas empresas a trasladarse a otro destino, dejando a gran cantidad de personas sin empleo.

El déficit fiscal, contrario a lo que manifiesta la señora Presidente, no se enfrenta aumentando los impuestos. La mejor manera de recaudar más impuestos y tasas, es a través de la creación de más empleos y de un mayor crecimiento económico: la economía se dinamiza, las exportaciones suben, las ventas también y el consumo de bienes y servicios también aumenta, acciones acompañadas de una inteligente y razonada contención del gasto público, supérfluo o duplicado. De nada sirve dotar al Estado costarricense de más recursos, si continúan las fugas por todos los frentes, si el despilfarro está a la orden del día. La mayor porción del gasto público corresponde a remuneraciones, un rubro en el cual existen grandes problemas con los encadenamientos y pluses del sector público que hacen insostenible cualquier esfuerzo. Por eso, urge una Ley de Empleo Público para controlar el gasto.

También es necesario implementar ciertos cambios en cuanto a la calidad del gasto y su impacto. Durante los últimos años, en los Dictámenes de Liquidación Presupuestaria, se ha venido señalando el incumplimiento de la prohibición de financiar gasto corriente con endeudamiento, señalada en el artículo 6 de la Ley de Administración Financiera y Presupuestos Públicos, lo cual nos ha llevado a alcanzar un endeudamiento cercano al 50% del PIB. También se ha venido denunciando que a pesar de tener una de las mayores inversiones sociales en la historia de nuestro país -23% del PIB-, no existen indicadores de costo unitario que permitan conocer la efectividad e impacto de esa inversión en la situación de los costarricenses.

No existe vinculación entre las metas del Plan Nacional de Desarrollo y el Presupuesto, por lo cual, las erogaciones no corresponden al trabajo planteado y no se logran los objetivos esperados. La subejecución presupuestaria, que en este período pasó de ¢217.466 millones en el primer año a ¢451.374 millones en la de este año (un incremento de más de un 107%), demuestra que importantes recursos no fueron correctamente utilizados en áreas como educación, salud e infraestructura. Esto repercute negativamente en la competitividad y productividad de nuestra economía.

No es posible que más de 1800 millones de dólares en empréstitos para el desarrollo de caminos, puentes y carreteras, continúen sin ejecutarse, congelados por la ineficiencia gubernamental y pagando intereses a la deuda externa. Trámites lentos en la contratación por licitaciones defectuosas; una tediosa y lenta ejecución de la carretera a San Carlos; el corredor San Ramón – San José sin iniciarse, teniendo fondos ociosos de más de 300 millones de dólares generados por las reservas del INS.

La no ejecución de los fondos de FONATEL, por más de 200 millones de dólares, provenientes de la apertura del mercado de las telecomunicaciones, se pudieron haber utilizado para programas de computadoras individuales para cada estudiante en la enseñanza pública, así como para internet de banda ancha en todos los centros educativos.

Un proyecto libertario, presentado por nuestra anterior bancada, para mejorar la gestión de la Dirección de Equipamiento e Infraestructura del MEP, orientado a  terminar con la incapacidad de muchas Juntas Educativas y Administrativas de escuelas y colegios, que tienen en tremendo abandono toda la red de infraestructura educativa pública, no fue posible dictaminarlo, y yace desde hace 3 años en la corriente legislativa por decisión errónea del actual Ministro de Educación.

Los logros en derechos humanos son pobres. Existe una enorme deuda en ese sentido. La salud pública falló en la reducción de las listas de espera en cirugías, exámenes de diagnóstico y citas especializadas. Acceso a vivienda digna, acceso a necesidades básicas insatisfechas como: nutrición adecuada, luz eléctrica y otros indicadores no fueron una prioridad para el Ejecutivo.

Debo reconocer, sin mezquindad, que la Red de Cuido de nuestros niños para las madres jefas de hogar ha sido exitosa, no así la administración de las becas del programa Avancemos. Múltiples informes de la Contraloría General de la República, son claros en cuanto que el dinero no llega a quien en verdad lo requiere, y tampoco es oportuno para llegar al inicio de cada período de lecciones.

Las dudas en materia del verdadero estado del Régimen de Pensiones de la Caja continúan, y no fue posible en 4 años de controversias entre la Superintendencia de Pensiones y la Junta Directiva de la Caja, tomar decisiones valientes para reforzar su sostenibilidad. Sabemos que el 85% de las reservas del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte están en títulos del Ministerio de Hacienda, y eso genera otro factor de incertidumbre al Sistema.

Los fondos de baja rentabilidad del régimen Complementario de Pensiones, miles de millones de colones están subutilizados por amarres legales a las Operadoras de Pensiones, cuando podrían utilizarse para el desarrollo nacional , como pueden ser autopistas, aeropuertos, represas de generación eléctrica y otras fuentes de energías limpias, en donde los costarricenses con nuestros aportes nos convertimos en co-propietarios de esos títulos de inversión, para asegurarnos una pensión más digna, ante la zozobra o naufragio del régimen solidario que administra la Seguridad Social.

Estos elementos que he mencionado representan apenas una pincelada de la situación que nos deja la Administración Chinchilla Miranda. Su frase, “entregamos una Costa Rica encaminada hacia un futuro más promisorio”, expresada ante este Congreso el pasado jueves, no es más que la evidencia de esa fantasía que envolvió este período cuatrienal sobre el que me pronuncié al inicio de esta alocución.

Falta mucho por hacer, hay mucho que corregir. El legado que nos dejan no es promisorio, los cimientos son débiles y en este proceso electoral estuvimos muy cerca de retroceder en el camino del progreso, arriesgándonos a perder muchas de las libertades que hemos conseguido hasta hoy.

El trabajo de esta bancada será duro: tenemos que luchar para no perder esas libertades, para conservar lo ganado y abrir más rendijas por las cuales ingresen otras tantas. Los libertarios tenemos la firme convicción en nuestros principios, en nuestras ideas y procuraremos aportar nuestro granito de arena para lograr una Costa Rica mejor para esta generación y las venideras.

Quiero externar mis mejores deseos de una gestión exitosa al gobierno que ya inicia. Espero que la ciudadanía, que votó masivamente por el cambio, no reciba un desencanto, porque la oportunidad que el pueblo la ha dado al Partido Acción Ciudadana y a sus aliados en el Ejecutivo y el Legislativo, es un cheque de enorme valor para ser bien utilizado. Los electores que apoyaron ese cambio, no deben ser defraudados.