martes, 12 de mayo de 2015

Respuesta al discurso del 1 de mayo del Presidente Solís

Tengo que empezar diciendo que, el discurso presidencial se orientó más hacia un informe del estado de cosas actuales, tanto en su presentación macroeconómica como en la presentación del marco teórico del futuro combate de la pobreza.

Nada novedoso en políticas de generación de empleo, ni en acciones de reducción de tarifas eléctricas para mejorar competitividad. Tampoco nada de acciones urgentes en materia de desregulación y reducción de trámites ni requisitos para iniciar o consolidar inversión nacional o extranjera.
Conceptos básicos de economía nos dicen que para duplicar el ingreso anual per cápita de una nación, es necesario crecer al menos en un 6% anual del PIB durante 20 años, cifra muy lejana del conformista 3,5 % de crecimiento actual en nuestro país.

La reducción de la pobreza ha sido misión imposible,  y en los últimos 16 años ha rondado el 21%; más de 1 millón de costarricenses viven sin poder llenar sus necesidades básicas vitales de alimentación, educación, vivienda, salud, vestido, trabajo digno y remunerado. El estado costarricense seguirá gastando más de 700 mil millones de colones al año en diversos y muy dispersos programas  asistenciales, porque no ha querido entender que con dádivas mensuales o diarias a través de la caridad de las instituciones, jamás podrá reducir estos índices de pobreza.

El programa “Puente al Desarrollo”, citado por el Sr. Presidente, que tiene como meta impactar la pobreza extrema, mediante la identificación y atención coordinada, directa y con seguimiento permanente, de 54.600 familias ubicadas en 75 distritos prioritarios, puede ser bien intencionado, pero sigue siendo un programa de corte asistencialista de mediano plazo. Pienso que sería más efectivo un abordaje en conjunto con empresarios, para generar fuentes de trabajo in situ en los 75 distritos, mediante incentivos directos para aquellas empresas que desean matricularse,  en clara concordancia con las condiciones geopolíticas, culturales y educativas de cada uno de esos distritos.
Ejemplo de ello es observar como en zonas de la Gran Chacarita, en Barranca, y en Paquera de Puntarenas, entre otras, se pudren los mangos maduros en el suelo de los patios de las casas en tiempos de cosecha, sea porque empresarios dedicados al procesamiento de cítricos no encuentran incentivos municipales ni a nivel central para abrir emprendimientos, o sea porque el estado ha sido incapaz de orientar y apoyar la organización de las madres pobres y jefas de hogar que ahí abundan, y convertirlas en copropietarias de pequeñas empresas procesadoras artesanales de este tipo de cítricos.

Siento que las convicciones ideológicas de quienes hoy nos gobiernan, y también de algunos de sus socios políticos, no les permite pensar que las alianzas público-privadas han sido el mejor modelo de desarrollo para sacar naciones de la pobreza. En países desarrollados como Japón, Estados Unidos, Suecia o Noruega, están muy claros que la quiebra de “empresas insignia” como la Toyota, la Chrysler, la General Motors o la Volvo, serían catástrofes financieras y laborales de repercusiones inimaginables, y por ello no tienen reparo en darse la mano en momentos de crisis. Lo público y lo privado deben ser aliados y no adversarios como a veces se da en nuestro país.

Otro ejemplo doloroso que he observado en visitas recientes a algunos cantones, es el suministro de agua potable. Nos contaba el Presidente Municipal de Cañas, don Néstor Delgado, que ese municipio no da permisos de construcción de viviendas de bien social, ni de hoteles o estructuras mayores, desde hace muchos años, como tampoco permisos de apertura de negocios tan sencillos como una simple soda, y la causa de ello es que NO HAY AGUA. Vean las ironías que ahí se dan; resulta que a 6 kilómetros de Cañas pasa el Río Corobicí, caudaloso y potente con abundantes corrientes de agua aptas hasta para el rafting, por sus fuertes rápidos, grado tres.

¿Cómo es posible que el cantón de Cañas tenga paralizado su desarrollo económico, existiendo abundancia de recurso hídrico a tan solo 5 kilómetros?

Me pregunto, ¿qué hace el Ministerio de Salud, rector de Acueductos y Alcantarillados, y qué está haciendo Acueductos entonces? Y ¿qué hace la Presidencia de la República encargada de supervisar tanto al Ministerio como a la Institución Autónoma encargada de suministrar agua a la ciudadanía?
¿Acaso está prohibido que Acueductos y la empresa privada se den la mano en proyectos de suministro y distribución del preciado líquido?

Hace escasas semanas decía nuestro Jefe de Fracción en este plenario, que era increíble ver como en Ojo de Agua de San Rafael de Alajuela, brota el líquido a borbollones de forma permanente, y en todo el norte de Heredia, a escasos 15 kilómetros, ya no puede autorizarse más proyectos de vivienda con la excusa de que no hay agua. ¿Cómo es posible que Acueductos y Alcantarillados no pueda construir solo, o en alianzas, un enorme tanque de captación en las alturas del norte de Heredia, bombear el líquido desde Ojo de Agua hacia dicho tanque, y luego distribuir por gravedad el agua hacia los diversos cantones de las partes baja de Heredia?

Nada de esto es imposible cuando se tiene deseos de hacer algo, cuando de verdad se quiere trabajar en serio, y sobre todo, cuando se nombra en las diferentes instituciones del estado a auténticos gerentes con capacidad de mando, y no a los amigos compañeros docentes del claustro universitario.
Escuché también al señor Presidente, lamentarse y solidarizarse con los miles de pacientes que llenan las listas de espera en citas a especialista, cirugías electivas y en procedimientos diagnósticos de diversa índole.

Enfatizó que iba a entrarle de lleno a esa temática, pero no le observé una determinación clara en proponer acciones concretas tendientes a disminuir esa plétora de pacientes.
Tampoco le percibí una determinación en llamar a cuentas a la Presidencia Ejecutiva de la Caja ni a su equipo gerencial.

En nuestro partido Movimiento Libertario hemos sostenido desde hace más de tres campañas electorales, que solo con la concurrencia de otros actores en el sector salud, entiéndase, cooperativas, asociaciones, fundaciones, o sociedades anónimas, que oferten sus servicios a la seguridad social, será posible paliar la enorme cantidad de pacientes en listas de espera. Debemos entender que la CAJA no es una institución DE CARIDAD, ES UNA ASEGURADORA OBLIGATORIA DE SALUD, MONOPÓLICA Y ESTATAL, Y COMO TAL ESTÁ EN LA OBLIGACIÓN DE DAR ATENCIÓN OPORTUNA Y DE CALIDAD A SUS COTIZANTES.

De tal forma, que si debe comprar servicios a proveedores externos para atender con rapidez a sus clientes, debe realizarlo sin temores  y con determinación. El éxito de la gestión externa de los EBAIS de Montes de Oca y Curridabat,  y la satisfacción de los usuarios de los servicios de salud en esos cantones, así lo reflejan.

Señor Presidente, si el estado no funciona bien en algunas de sus áreas de competencia, no tenga temor en involucrar al sector privado. Los esfuerzos de lo público de la mano de lo privado, han generado, repito, exitosas experiencias en otras naciones. El imitar modelos de gestión exitosos ya probados, es una alternativa gerencial que no debemos despreciar. Las barreras ideológicas no deben estar nunca por encima del bien común.

Al final de su discurso, el Presidente enumeró una serie de proyectos de ley que desde su óptica, deben ser aprobados con celeridad, pero no veo en dicha lista ninguno para facilitar le generación de empleo; tampoco para generar competitividad reduciendo el precio de la electricidad, y menos para poner límite a gastos presupuestarios voluminosos e improductivos. La contención de los mismos no se ve por ningún lado.

La misma Contraloría General de la República ha dicho ya que aún subiendo o aplicando nuevos impuestos, no se va a reducir el déficit fiscal sino se da un drástico recorte en los gastos programados para este año 2015.

Sr. Presidente, los actos gubernamentales se juzgan por las obras y por las decisiones valientes. La ciudadanía ha sido benévola en la apreciación hacia su persona, y usted todavía tiene margen de acción para no dilapidar más su capital político.


Debe aprovechar el puente de plata que varias fracciones legislativas le están dando con el nuevo Directorio Legislativo, y liberarse de secuestros ideológicos que en nada lo han beneficiado.