Una de las razones de mayor peso que ha provocado la
salida de inversión en el país, y con ello el crecimiento del desempleo, ha
sido el altísimo costo de la electricidad.
Lo sensato y procedente es que el Gobierno busque
formas económicas y eficientes de producir electricidad; sin embargo, no ha
sido diligente en sus decisiones, lo cual se traduce en gran perjuicio para el
aparato productivo del país.
Costa Rica cuenta con una riqueza envidiable de
fuentes de generación renovable de energía, pero resulta irónico cómo países
con fuentes mucho más limitadas, han sacado mayor provecho que nosotros, ya que
sus Gobiernos incentivan el uso de estas fuentes. La falta de planificación y
decisión política, está a la orden del día. Con suma preocupación, reitero que
1000 empleos estarían en riesgo por la falta de decisión del Poder Ejecutivo
con respecto al plan piloto de generación distribuida con paneles solares del
ICE y los atrasos en la implementación de la norma POASEN de ARESEP.
Lo atractivo de este plan piloto de generación
distribuida era que permitía a los generadores de energía renovables de pequeña
escala (por ejemplo: biomasa, eólico, solar, mini hidroeléctrica y algunas
otras renovables de pequeña escala) intercambiar energía con la red de
distribución del Sistema Eléctrico Nacional. Existen tres modalidades de
generación distribuida: en la primera, el generador instala sus paneles solares
y utiliza la energía producida únicamente para su autoconsumo. En la segunda
modalidad, se produce energía para autoconsumo y el exceso, se coloca en la red.
En este segundo caso, se puede acordar, en el contrato, que de colocarse un
excedente de energía en la red, no se recibirá retribución económica, lo que se
conoce como balance neto. Finalmente, en la tercera modalidad, conocida como
pago de excedente, existe la posibilidad de acordar, en el contrato, una
retribución económica vía tarifa, a cambio de que esa energía sea colocada en la
red. En todos los casos, si el generador requiere energía adicional la toma de
la red, y la paga a la tarifa establecida por la ARESEP.
Días atrás un medio de comunicación señaló que Alejandro Brenes, gerente general de Enertiva, se
mostró sorprendido por la decisión del Instituto, ya que los proyectos de generación
distribuida apenas cubren el 0,3% de la matriz energética del país, y el Plan
Piloto solo regía únicamente en la zona de distribución del ICE, que representa
poco menos del 40% de los abonados totales.
Afirma Brenes, que si se le permite al sector llegar
al 1% del total de la matriz energética nacional, se podrían generar miles de
nuevos empleos, lo cual para mí resulta una magnífica noticia.
Este medio de comunicación también mencionó que Heriberto González, gerente
de Electromecánica Solar, señaló, que cientos de hogares y empresas que han
implementado estos sistemas han ahorrado de manera significativa.
El problema se genera porque este plan piloto, que
promovió el ICE desde el año 2010, alcanzó la potencia máxima establecida
(10MegaWatts) con la participación de 366 pequeños productores conectados a la
red. Ahora su futuro depende de: a) la implementación del reglamento AR-NT-POASEN
(Reglamento de Planeación, Operación
y Acceso al Sistema Eléctrico Nacional) de la ARESEP en donde se establecen los requisitos
técnicos a cumplir; b) la
fijación de las tarifas de interconexión, acceso y compra de excedentes; y c) de las condiciones para
otorgar futuros permisos/concesiones a cargo del MINAE, única opción para poder
intercambiar excedentes al Sistema Eléctrico Nacional.
Mientras esperamos la implementación de POASEN por
parte de ARESEP, y que ya lleva casi un año de atraso, las tarifas y la
definición de las condiciones para otorgar los permisos/concesiones, los nuevos
proyectos a pequeña escala no pueden conectarse a la red ni intercambiar
excedentes; por lo que la Generación distribuida en el corto plazo está
estancada. Es importante aclarar que las características de la nueva operación
no serían las mismas del plan piloto ya que la ARESEP pretende fijar tarifas de
interconexión y de acceso al Sistema Eléctrico Nacional. Un caso que preocupa,
es el cobro que se hará al generador por utilizar la energía que produzca con
sus paneles solares, ¿esto significa acaso que el Estado cobrará por “utilizar
el sol”? Parece que así será. Todo apunta a que dichas tarifas podrían ser
excesivamente altas y podría desincentivar la inversión de pequeños productores
en generación eléctrica con paneles solares. Esto contradice toda lógica de
producir de manera más limpia y de alcanzar la meta de carbono neutralidad para
el 2021.
Es necesario que el Ejecutivo promueva este tipo de
energías limpias y baratas, y pronto tome decisiones. Si ustedes, señores del
Poder Ejecutivo, consideran, al igual que el Presidente Ejecutivo del ICE que
no hay crisis eléctrica, yo les reitero a ustedes que sí la hay, y ha sido
decretado un 9% de aumento en el precio de la misma a partir del mes de marzo.
Continúa el riesgo de mayores pérdidas de empleo y de inversión extranjera.
Cada decisión tardía en esta temática, le cuesta al país miles de millones de
colones.